Hoy
la hora de salida la hemos retrasado hasta las 08h00, por lo que nos han
regalado media horita más de sueño, levantándonos a las 06h30.
Tras
el desayuno, nos hemos montado en el bus para dirigirnos al Museo de Israel y,
durante el camino, el P. Ramón nos ha dedicado una reflexión sobre Ein Karen,
donde haremos las visitas por la tarde.
Lo
primero que nos encontramos al entrar en el Museo de Israel es la maqueta de la
ciudad en la época del Segundo Templo, que fue derruido en el año 70 de nuestra
Era, por lo que se corresponde a la ciudad en la época de Jesús. Néstor nos ha
hecho un recorrido alrededor de la maqueta, explicándonos cómo era la vida en la
ciudad, dónde se encuentran algunos de los lugares que identificamos en la
Biblia (piscina probática, piscina de Siloé, el Gólgota, la fortaleza Antonia,
el Muro, etc).
Siguiendo
por el Museo, hemos conocido la historia de los esenios, secta a la que
probablemente perteneció San Juan Bautista, y a la que se atribuyen los
Manuscritos del Mar Muerto, que íbamos a conocer en el Santuario del Libro, que
está dentro del mismo museo.
Asombrados
por lo que hemos visto, nos hemos dirigido después al Memorial del Holocausto (“Yad
Vashem”, en hebreo), donde hemos podido conocer la historia del exterminio de
seis millones de judíos, entre los que había un millón y medio de niños. En el
Museo hemos visto que las donaciones de particulares han contribuido a crear un
memorial para el recuerdo de los judíos fallecidos en la Segunda Guerra Mundial.
El
Memorial es sobrecogedor, y destaca la parte dedicada a los niños, en la que
una locución rememora en bucle los nombres, edades y nacionalidades de los
niños que murieron en el Exterminio. Néstor nos ha contado que el Museo
permanece abierto de 09h00 a 17h00 y, con ese horario, los nombres tardan en
repetirse tres años.
También
cabe destacar el edificio donde una llama permanente rinde tributo a los
fallecidos en los campos de concentración, con los nombres de los campos grabados
en el suelo.
Tras
la visita, hemos comido en el mismo Memorial y nos hemos dirigido a Ein Karen,
el pueblo de San Juan Bautista, al lugar donde la Virgen María se reúne con su
prima Isabel, ambas embarazadas. Hemos subido primero a la Iglesia de la
Visitación, donde encontramos el “Magnificat”, la oración atribuida a la Virgen
María, y hemos tenido la fortuna de poder celebrar la Misa allí. En esta
ocasión ha sido concelebrada, porque uno de nuestros compañeros de viaje, José
Ángel, también es sacerdote, y le ha hecho mucha ilusión poder hacerlo en un
lugar tan significativo (y al resto también, un lujo poder contar con la
asistencia de dos sacerdotes en el grupo).
Tras
la Misa, hemos vuelto a bajar al pueblo y hemos visitado la iglesia de San Juan
Bautista, donde se encuentra el “Benedictus”, la oración que pronunció
Zacarías, el padre de Juan, que permaneció mudo hasta aceptar la voluntad de
Dios de concederles un hijo. Es una iglesia muy bonita, con cerámica de Manises
(Valencia), pero que hemos tenido que visitar entre andamios porque está en
pleno proceso de restauración. Aún así, hemos podido bajar a la gruta donde la
tradición dice que nació el Bautista.
El
programa de viaje ya estaba cumplido por hoy. Pero el grupo quería más. Era el
momento perfecto, al comenzar el crepúsculo, para acercarnos al Muro de los Lamentos
(para los hebreos, el Muro Oeste). No había el ambiente que podemos encontrar
en Shabbat, la festividad semanal judía, pero eso nos ha permitido movernos con
más libertad y sin aglomeraciones.
El
Muro está dividido en dos partes, más o menos en una proporción de espacio del
70% para los hombres y un 30% para las mujeres. En el lado de las mujeres hay
una pequeña Sinagoga, y en el de los hombres un espacio cubierto donde se
encuentran las librerías donde los fieles pueden consultar los libros sagrados.
La experiencia es impresionante.
Fotos de la parte de los hombres:
Y fotos de la de las mujeres:
Hemos
coincidido con un regimiento que debía estar haciendo una visita preparatoria
para su juramento militar. Impresiona conocer que todos los ciudadanos de
Israel, salvo los ortodoxos, tienen la obligación de realizar un servicio
militar que dura tres años para los hombres y dos años para las mujeres.
Después
de esta visita ya nos hemos retirado al hotel, a cenar y a descansar. Mañana
viviremos uno de los días más emotivos del viaje, porque conoceremos los
lugares del Nacimiento (Belén) y Muerte y Resurrección (Gólgota y Santo
Sepulcro) de Nuestro Señor Jesucristo, realizando además el Vía Crucis por la
Vía Dolorosa. Va a ser un día emocionante. También lo contaremos aquí.
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