Las
vistas al amanecer desde nuestro hotel son impresionantes…
Lo
de madrugar se ha vuelto ya parte de nuestra rutina; 05h30 levantarse, 06h00
desayuno, 07h00 saliendo del hotel… ¿No se suponía que estábamos de vacaciones?
En fin…
Si
habitualmente no nos está costando un gran esfuerzo, hoy menos todavía, porque
íbamos a realizar una de las visitas soñadas por más de medio mundo: Petra, la
ciudad rosada, la ciudad de los nabateos, una de las 7 Maravillas del Mundo
Moderno, junto con la Gran Muralla china, Chichén Itzá (México), el Cristo
Redentor (Rio de Janeiro, Brasil), el Coliseo (Roma), Machu Picchu (Cuzco,
Perú) y el Taj Mahal (Agra, India).
Nader,
un poco picajoso, dice que en una votación mundial Petra quedó en segunda
posición, por detrás de la Gran Muralla, porque los chinos son muchos votando y
los jordanos poco más de una gran familia…
No
hemos dirigido en bus al parking de autobuses sobre el Museo de Petra, junto al
edificio de Atención al Visitante. Pese a lo temprano de la hora, la entrada
bullía ya de turistas ávidos de hacerse un selfie con el Tesoro.
El
recorrido es impresionante: un primer tramo en el que se ven las tumbas a ambos
lados del camino, junto a lo que resultaron ser pequeños espacios para los
vigilantes de la entrada de la ciudad; un segundo tramo que serpentea por un
desfiladero angosto, en el que Nader nos ha ido explicando el sistema defensivo
de la ciudad, cómo se proveían de agua, y cómo cayó la ciudad invadida por los
romanos; y un tercer tramo, que comienza a la salida del desfiladero, en el que
nos hemos sentido un poco Harrison Ford en “Indiana Jones y la última Cruzada”
al atisbar, entre las rocas, la majestuosidad del “Tesoro”, el edificio más
famoso de la ciudad. Os dejamos disfrutando de las fotos:
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El grupo, a la entrada del Desfiladero |
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Hay opción de ir a caballo o en calesa (y, desde este año, también algún carrito eléctrico). Pero lo que "mola" es hacerlo andando... |
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... porque la experiencia es alucinante, viendo la diversidad de colores de la piedra a lo largo del recorrido. |
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En algunos tramos hay restos de la calzada romana |
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Una de las sorpresas del camino: una roca con forma de pez... |
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...que al mirarla desde otro ángulo, se convierte en un elefante |
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El "Tesoro", asomándose tímidamente entre las rocas |
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Foto desde las alturas, cortesía del compañero Juanjo. ¿A que es majestuoso? Y tallado directamente en la roca... |
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El grupo, sobrecogido, admirando la belleza del monumento. Fijaros en sus caras en la siguiente secuencia de fotos |
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Pese a lo que muchos piensan, el "Tesoro" no es el final, sino el primero de una larga cadena de edificios esparcidos a lo largo del valle |
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Bye bye Petra, ¡gracias por permitirnos disfrutar de tu belleza! |
Como
el día anterior no pudimos llegar a Madaba, hemos cambiado nuestros planes
originales y, en vez de comer en el restaurante del fondo del valle, estaba
previsto salir a buena hora de Petra, comer en un restaurante de la carretera y
poder llegar a Madaba, a ver el Mosaico de la Tierra Santa, en el suelo de la
iglesia de San Jorge, ortodoxa.
Pero “el hombre propone, y Dios dispone”, y la mala
fortuna ha hecho que nuestra compañera Charo tuviera un percance, se tropezara
y al caer se fisurara (eso lo supimos después, con unas radiografías y posterior
escayola) un hueso del brazo derecho, por lo que hubo que trasladarla al
hospital en una ambulancia. Además, un pequeño “encontronazo” con un comerciante
beduino a la salida de Petra, que ha obligado a Fernando a tener que pasar un
ratito de “tertulia” con la Policía en dependencias policiales, nos ha hecho
retrasar nuestra salida de Petra algo más de una hora sobre el horario
previsto, lo que ha hecho que tuviéramos que replantear de nuevo el plan del
día. Si parábamos a comer, perdíamos la visita de Madaba, por lo que por
unanimidad todos hemos estado de acuerdo en cambiar la comida por un picnic
dentro del bus (la logística aquí ha funcionado perfectamente, con una parada
para recoger los picnics y aprovechar a ir al baño que no nos ha demorado más
de 7 minutos). ¿Resultado? Hemos entrado por la puerta del recinto de la Iglesia
de San Jorge a las 16h30, sobre la hora de cierre del servicio de venta de
entradas. Es justo decir que aquí Nader ha jugado un papel importante, ya que
ha arrancado el compromiso al taquillero de que nos esperara si nos
retrasábamos unos minutos, pero al final no ha hecho falta, y hemos podido
contemplar la maravilla de mosaico que indica los lugares más significativos de
la Tierra Santa.
Nader
nos ha dado una explicación previa en una sala con un póster del mosaico, que
luego hemos podido ver in situ. ¡Qué maravilla!
Y a las
17h00, con el cierre de la iglesia (nos han echado literalmente para cerrarla),
nos hemos dirigido de nuevo al bus para trasladarnos a Amman, donde pasaríamos
la segunda y última noche de nuestro viaje por tierras jordanas.
Hoy
todos estábamos reventados, pero felices como perdices. Y mañana, ¡Jerusalén!
Seguiremos informando…
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